Para generar beneficios equitativos, los efectos de las políticas comerciales deben examinarse teniendo en cuenta las consideraciones de las brechas y las diferencias de género existentes.

Así se deduce de las conclusiones del informe “Pymes propiedad de mujeres y barreras comerciales” realizado por el Gobierno de Canadá. Este informe analiza cómo las barreras comerciales afectan a la participación en la exportación de las pequeñas y medianas empresas (PYME). Una vez que se exporta, identifica cuatro obstáculos que afectan a una mayor proporción de pymes propiedad de mujeres en relación con sus contrapartes: obstáculos logísticos, obstáculos fronterizos, obstáculos administrativos en el mercado exterior y obstáculos administrativos en origen. Estos obstáculos además de ser las barreras más importantes para las PYME exportadoras en general, afectan más a las mujeres exportadoras que a sus homólogos.
Se ha detectado que las mujeres exportadoras canadienses tienden a exportar a mercados no estadounidenses en mayor medida que sus homólogos, por lo que las distancias geográficas y culturales podrían aumentar la percepción de las barreras por parte de las mujeres exportadoras. Además, una mayor proporción de PYMES exportadoras propiedad de mujeres, en relación con las empresas exportadoras propiedad de hombres, consideran como fuertes barreras los obstáculos comerciales.
El informe destaca las características empresariales que parecen estar relacionadas con estas diferencias de género. En primer lugar, la concentración sectorial de las empresas propiedad de mujeres de forma desproporcionada en el comercio minorista, los servicios de información y culturales. El segundo factor potencialmente relacionado con la brecha de género en la percepción de las barreras a la exportación es que se ha producido un aumento significativo en la proporción de exportadores propiedad de mujeres con menos de cinco años de experiencia en la gestión, y estas exportadoras también pueden tener menos experiencia en el tratamiento de las cuestiones de exportación.

Del análisis elaborado por la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria por encargo de la Consejería de Economía, Conocimiento y Empleo a través de PROEXCA sobre la diferencia de sexos en los puestos directivos de las empresas canarias que tienen actividad internacional resulta que solo el 20,3 por ciento están ocupados por mujeres. Además, su distribución en el conjunto de las plantillas es muy desigual, puesto que, de todas las empresas inscritas en el Registro Mercantil con alguna actividad internacional, el 60,2% no cuenta con mujer alguna en su consejo de administración.
Según este documento, en el contexto general de Canarias las mujeres no llegan al 36 por ciento de los cargos de dirección y gerenciales. Si a esto le sumamos que la brecha salarial es solo del 2,4 por ciento en esos puestos, que se dispara por encima del 24 por ciento en los de salarios más bajos, vemos el enorme impacto social de la infrarrepresentación de la mitad de la población en los puestos mejor remunerados.
En cuanto al cuestionario específico realizado con un grupo más pequeño de empresas, el análisis concluye que, cuanto más grande es la empresa, más representatividad pierden las mujeres, lo que se traduce en que los hombres trabajan en mayor medida en empresas con facturación en torno a los 375.000 euros anuales, mientras que en el caso femenino se sitúa en torno a los 250.000.
En cuanto a la toma de decisiones de internacionalización, las mujeres las toman en el 64,3% de los casos en la industria manufacturera, en el 40% en el sector agrícola y en un 39,3% de los casos en el sector servicios. El estudio también analiza la estructura de gobierno de las empresas y destaca que en aquellas donde la mujer es quien decide en temas de internacionalización el tamaño medio del consejo de administración es de 3,3 personas, mientras que en el caso masculino asciende a las 5,6.
Desde Asturex y la Universidad de Oviedo también han elaborado un informe, que refleja la situación actual tras analizar 1.529 empresas asturianas con actividad internacional y/o potencial para la internacionalización de sus bienes y/o servicios a través de 247 entrevistas. Por lo que respecta a la estructura de propiedad, en promedio, la presencia de mujeres se sitúa en el 26,5% existiendo una notable brecha de género en lo que a ocupación de puestos de alta responsabilidad se refiere. La mayor parte de las personas que toman decisiones en el ámbito de la internacionalización empresarial son del género masculino (71% de los casos).

Las mujeres responsables de las estrategias y decisiones de la internacionalización de las empresas asturianas manifiestan haber sufrido y perciben una superior discriminación en el contexto de su desempeño laboral, perciben más claramente que los hombres la existencia de estereotipos ligados al rol de cada género, valoran en mayor medida las redes relacionales (sean estas sociales, asociaciones, redes de amigos o allegados o vinculadas a espacios de trabajo compartido) y echan más en falta el apoyo de su entorno para conciliar vida laboral y familiar. Las mujeres responsables y/o implicadas en la proyección internacional de sus empresas, se enfrentan a mayores dificultades a la hora de desempeñar su labor profesional.
Además, existe una notable diferencia a favor de las mujeres en lo que a formación se refiere, ya que el nivel educativo medio de las mujeres es significativamente superior al de los hombres. Para el desempeño de una misma categoría profesional, las mujeres cuentan con una cualificación (aproximada a través del nivel educativo alcanzado) superior. En definitiva, el estudio realizado muestra la inferior implicación femenina en las decisiones y estrategias de internacionalización de las empresas asturianas, así como el hecho de que afrontan mayores limitaciones y dificultades para implicarse en ellas.

También realizó la Cámara de Comercio de España una encuesta a las empresarias andaluzas. Entre sus comentarios destacan estar descubriendo la digitalización como herramienta amiga para solventar las mayores dificultades a las que se enfrentan en comparación con sus homólogos masculinos. Las principales barreras denunciadas por las empresarias andaluzas son la maternidad y las derivadas de compaginar su labor profesional con la vida familiar, además de los prejuicios sociales sobre el rol de la mujer.
Consideran necesario el diseño de estrategias de apoyo a sus empresas con un enfoque de género, actividades de información, formación y acompañamiento dirigidas hacia las especificidades propias de las empresarias. En concreto demandan actividades de promoción comercial específicas para mujeres, con las que conseguirían, a través del acceso a nuevos mercados el fortalecimiento de sus empresas.
También, tras los efectos sufridos en sus empresas derivados de la pandemia, las encuestadas se plantean formar parte de redes o asociaciones empresariales de mujeres que les puedan proporcionar oportunidades de intercambio y facilitar el acceso al crédito.

En resumen, cabe destacar como así indica la consejera canaria de Economía, Conocimiento y Empleo, Elena Máñez, “la importancia de contar con evidencia científica que permita visibilizar la escasa presencia de mujeres en puestos de dirección y gerencia, a pesar de contar con mujeres formadas en nuestras universidades con capacidad suficiente para adoptar las decisiones necesarias para el progreso de sus negocios y alcanzar la excelencia”.