En estas últimas semanas he tenido reuniones profesionales muy variadas con hombres y mujeres relacionados con la internacionalización de la empresa.
En las conversaciones siempre ha estado latente, de forma más o menos intensa, la puesta en duda de la percepción del género en el comercio internacional.
Lógicamente, las conversaciones más animadas siempre han ido de la mano de los polos opuestos:
- L@s firmes defensores de que el componente de género no tiene ningún efecto directo o indirecto en la internacionalización, ya sea profesional o empresarial.
- L@ facción contraria que insiste de forma machacona en las desventajas y efectos negativos inherentes al género.
Mi posición siempre es la misma: escuchar la historia y el razonamiento de mi interlocutor. Detrás de cada experiencia y vivencia hay una gran verdad: ¡la de cada un@!
¡Cuanto más simples las historias y los razonamientos más me gustan!
Aguanto perpleja razonamientos simplistas: ¿Qué tienen que ver los incoterms, facturas proforma, créditos documentarios… con el género? O incluso rotundas afirmaciones de mujeres alfa: ¡A mí nunca me ha pasado eso!
Mi, bueno, nuestra búsqueda siempre del equilibrio, me anima constantemente a reflexionar y revisar los fundamentos de mi apuesta por reforzar el papel y el peso de la mujer en el comercio internacional.
Tengo escritas a mano (aunque no quede muy «cool» en estos tiempos) en mi pizarra mis desafíos en esta aventura:
1.Algunos de ellos vividos a base de tropiezos y decisiones intuitivas y valientes:
- Negociación internacional desde la perspectiva de la mujer.
- Importancia del networking y de la participación en eventos internacionales especializados: ferias, misiones comerciales, viajes de prospección con refuerzos de género.
- Utilización de las herramientas virtuales: plataformas de networking y de comercio electrónico.
Que desembocan todos ellos en un Emprendimiento Internacional o Born Up Global de género.
2. Otros como herramientas de futuro para potenciar mi empresa o nuevos servicios:
- Participación de la mujer en las licitaciones públicas nacionales o internacionales.
- Apoyo a las empresas propiedad de mujeres en las principales cadenas de valor globales.
- Acceso a la financiación de nuestros negocios.
Afortunadamente, en los últimos meses se han dado pasos sólidos en el refuerzo de las políticas de apoyo a la mujer en el comercio internacional.
¡Bueno, pero eso será objeto de otra próxima entrada!
Un comentario sobre “El Ser o no Ser del Género en la Internacionalización”