A pesar de su complejidad, la internacionalización representa una fórmula de crecimiento importante para cualquier empresa que opere en este mercado globalizado.
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC), al igual que la internacionalización, ayuda a optimizar los resultados económicos del sector privado y, además, permite a la empresa mantener una alta correlación entre el nivel de competitividad a largo plazo en el país al cual quiere exportar. En este sentido, las compañías con estrategias de exportación e internacionalización buscan posicionarse en el mercado extranjero como empresas responsables e incluyen estas habilidades de sostenibilidad corporativa, como política de su empresa.
¿Y es la Responsabilidad Social Corporativa un marco que apoya el avance de la diversidad de género en las empresas?
Podemos encontrar evidencias sobre igualdad de género dentro de varios marcos de información relacionados con la RSC, pero con alcance limitado o como elementos opcionales. La cuestión del género no tiene un apartado propio en los instrumentos y estándares internacionales sobre RSC, apareciendo sólo en distintos puntos en los que se trata sobre derechos humanos, relaciones laborales y cadena de suministro.
El Banco Mundial elaboró el Gender Equity Model para promover la equidad de género en empresas, tratando aspectos relacionados con la selección y contratación, desarrollo de carrera, conciliación de la vida familiar y laboral, igualdad salarial y prevención del acoso sexual.
Por otro lado, los Calvert Women´s Principles son el primer código de conducta internacional destinado a las empresas, con intención de avanzar en temas de igualdad de género y empoderamiento de las mujeres. Es una herramienta de fácil implantación para empresas que dan sus primeros pasos hacia la RSC, y obliga a las organizaciones firmantes a la elaboración de un informe de progreso anual que facilita el seguimiento de sus principios (Ej: Principio nº 6 establece que las empresas deben apoyar la eliminación de la discriminación en materia de empleo y ocupación.)
En España, el recientemente presentado nuevo código de buen gobierno corporativo para empresas cotizadas recomienda que un 30% de los consejeros sean mujeres en 2020. Y si no lo son, deberán explicar cuál es el motivo. (La Ley de Igualdad de 2007 fijó un objetivo del 40% para 2015).
Las mujeres españolas suponen el 46% de los puestos ocupados y el 52% de la población activa con estudios universitarios, pero tan solo el 26% de los cargos directivos en las empresas. En países de nuestro entorno, solo Francia nos gana en igualdad (33%) y superamos a Alemania que cuenta con un 14% de directivas. Los líderes en esta materia son Rusia (40%), Georgia (38%) y Polonia (37%).
El 60% de los españoles opina que “todo iría mejor si hubiese más mujeres en puestos de responsabilidad”.
La Responsabilidad Social como forma de gestión ética y sostenible, debe avanzar en el desarrollo de instrumentos que faciliten e impulsen una mayor diversidad de género, eliminando empresas con culturas basadas en la discriminación y en los prejuicios.