La mujer todavía tiene dificultades en el ámbito laboral por su condición
Como podemos observar en este gráfico tan esclarecedor, las mujeres sólo ocupan el 4% de los puestos directivos en el mundo. Este porcentaje disminuye en el sector del Comercio Exterior más que en otras profesiones o cargos y los principales motivos son culturales, por el rol de las mujeres respecto de los hombres.
La aventura y el riesgo es algo que nuestra sociedad sigue viendo como “algo de chicos”. Eso queda grabado en la mente de las mujeres desde niñas y condiciona nuestro camino profesional.
La ambición por el triunfo y el éxito económico y de reconocimiento social también son atributos más masculinos. Puede que las mujeres tengamos un mayor rango de prioridades que los hombres. Y como mayor exponente, está la maternidad.
Pensando en exportar, preocupa cómo conjugar los viajes con el resto de tu vida. Quien se vaya a dedicar a la internacionalización (dejando aparte la formación y los idiomas) debería ser: de mente abierta, flexible, organizada y con gran capacidad de adaptación.
Esta profesión implica pasar fines de semana fuera de casa, y saber que te pasará de todo mientras estés de viaje, algunas cosas muy buenas, otras no tanto, y hay que saber reaccionar a todo ello. También conocerás gente maravillosa (y otra no tanto) y aprenderás muchísimo a poca curiosidad que tengas.
Nada de esto es incompatible per se con tener familia, aunque mantener sana la vida familiar requiere un esfuerzo extra. A mí me gusta, sí, y desde luego me compensa hacer ese esfuerzo extra, pero a veces es agotador y también hay que contar con ello.
Otra cosa son los procesos de selección que no son neutrales en cuanto al género. Hay una gran evidencia empírica al respecto.
La lacra cultural existe, como comentaba antes. Y sí que es verdad que la Administración podría poner en marcha más políticas específicas de apoyo a la mujer para contrarrestar esos hándicaps. El ejemplo del apoyo a la conciliación de la maternidad con el trabajo parece claro: discriminación positiva hacia las mujeres que contribuiría a que no se perdiera talento valioso.
Y para ello se requiere una implicación de todos los ámbitos para que se genere una conciliación corresponsable: el Estado, las empresas, la sociedad y el individuo.