Por primera vez en la historia de su política comercial, la Unión Europea quiere incluir un capítulo sobre género en los acuerdos comerciales para favorecer la incorporación de la mujer al comercio internacional y potenciar la presencia de empresas controladas por mujeres.
La inclusión de cláusulas de género en la política comercial de la CE ha comenzado desde Junio 2017 con la publicación del primer informe sobre el número de trabajadoras europeas cuyo empleo depende de la exportación: 11,8 millones en 2011.
Una de cada nueve trabajadoras depende de la exportación, pero entre los hombres es uno de cada seis, un 50% más. Del estudio se revela que la distribución del empleo de hombres y mujeres es desigual en todos los sectores y la mayor concentración de empleos femeninos se encuentra en los servicios menos dependientes de las exportaciones (principalmente sector servicios), siendo estos últimos de mayor calidad. Esto indica la necesidad de la intervención en política comercial para promover una mayor equidad de distribución de las oportunidades de empleo que ofrecen las exportaciones.
El nuevo planteamiento obligará a Bruselas a valorar el posible impacto de los acuerdos de liberalización en los sectores donde haya más presencia de mujeres y a comprometerse a cerrar la brecha comercial, a la que se atribuye la escasa presencia de empresas de mujeres en el comercio internacional, en el que las europeas no llegamos al 15% del total.
La dirección general de Comercio de la CE era el departamento más reacio a valorar el impacto de sus políticas desde un punto de vista de género. Se limitaba a calibrar de manera general el impacto de los acuerdos comerciales con una alta tasa de empleo femenino como el textil o la agricultura. Pero la presión del Parlamento Europeo y de organizaciones como ITC ha obligado a la Comisión a estrenar el nuevo concepto, más que nada, para no quedarse atrás en una tendencia que ya se ha abierto paso en Chile, Uruguay y Canadá.
La experiencia piloto se incluirá en el Acuerdo Comercial que Bruselas va a negociar con Chile, país pionero en la inclusión de la perspectiva de género en sus relaciones comerciales. En función de la experiencia con Chile, el capítulo sobre género podría trasladarse a otras negociaciones comerciales que mantiene la UE.
Bruselas negocia en estos momentos acuerdos comerciales, entre otros, con EEUU, Mercosur, Japón y México, y aspira a lanzar las negociaciones con varios países asiáticos, India entre ellos.
La primera consecuencia será la realización de un estudio sobre la situación de la mujer en las partes firmantes del acuerdo comercial. “El diagnóstico es esencial”, ha comentado la eurodiputada Inmaculada Rodríguez-Piñero, una de las principales impulsadoras de la incorporación del género a la política comercial.
Como dice Arantxa González, directora ejecutiva de ITC:
“Europa ya hizo, por ejemplo, una excepción para favorecer la entrada de pequeñas y medianas empresas en licitaciones públicas. A partir de ahora, se pueden plantear las negociaciones comerciales tomando en cuenta la repercusión para la mujer en cada sector.
La neutralidad de la política comercial no puede consistir en tratar igual a todo el mundo cuando el punto de partida es distinto.”