Para generar beneficios equitativos, los efectos de las políticas comerciales deben examinarse teniendo en cuenta las consideraciones de las brechas y las diferencias de género existentes. Así se deduce de las conclusiones del informe “Pymes propiedad de mujeres y barreras comerciales” realizado por el Gobierno de Canadá.

Este informe analiza cómo las barreras comerciales afectan a la participación en la exportación de las pequeñas y medianas empresas (PYME). Una vez que se exporta, identifica cuatro obstáculos que afectan a una mayor proporción de pymes propiedad de mujeres en relación con sus contrapartes: obstáculos logísticos, obstáculos fronterizos, obstáculos administrativos en el mercado exterior y obstáculos administrativos en origen. Estos obstáculos además de ser las barreras más importantes para las PYME exportadoras en general, afectan más a las mujeres exportadoras que a sus homólogos.
Otra explicación plausible es que las PYME propiedad de mujeres que planean exportar tienden a tener preferencias similares por los mercados de destino potenciales que los otros grupos de género, por lo que en principio no deberían percibir que las barreras de entrada son mayores que las de sus homólogos. Sin embargo, se ha detectado que las mujeres exportadoras canadienses tienden a exportar a mercados no estadounidenses en mayor medida que sus homólogos, por lo que las distancias geográficas y culturales podrían aumentar la percepción de las barreras por parte de las mujeres exportadoras. Además, una mayor proporción de PYMES exportadoras propiedad de mujeres, en relación con las empresas exportadoras propiedad de hombres, consideran como fuertes barreras los obstáculos comerciales.

El informe destaca las características empresariales que parecen estar relacionadas con estas diferencias de género. En primer lugar, la concentración sectorial de las empresas propiedad de mujeres de forma desproporcionada en el comercio minorista, los servicios de información y culturales. El segundo factor potencialmente relacionado con la brecha de género en la percepción de las barreras a la exportación es que se ha producido un aumento significativo en la proporción de exportadoras con menos de cinco años de experiencia en la gestión, y éstas pueden tener menos experiencia en el tratamiento de las cuestiones de exportación. También se indica que el tamaño de las empresas no parece estar relacionado con la percepción de los obstáculos en la participación en las exportaciones.
Finalmente concluye señalando que si bien Canadá está continuamente intentando aumentar el acceso de las mujeres a los mercados a través de acuerdos comerciales que abordan los problemas de género y de las PYME, con políticas de mejora del comercio vía tecnología y ofreciendo programas de formación para las nuevas exportadoras, también podrían ser eficaces las políticas destinadas a reducir las barreras comerciales centradas en estas diferencias específicas de género basadas en las características de sus empresas.